¿Crear si o no una sociedad para tu negocio?
- S. Garduño
- 23 ago 2024
- 4 Min. de lectura
Constituir una sociedad puede resultar desafiante, y si eres un empresario o un emprendedor buscando hacer crecer tu negocio, o si buscas un vehículo apropiado para asociarte con otras personas para desarrollar ideas y posibles negocios conjuntamente, constituir una sociedad puede ser el camino legalmente aplicable para tu situación.

Para empezar, posiblemente resulta necesario explorar la pregunta ¿por qué constituir una sociedad?
Lo anterior, toda vez que, resulta posible y de hecho sucede en la realidad que, el desarrollo de distintos negocios depende directamente del emprendedor, es decir, una persona ha tenido la iniciativa, las ideas, ha invertido el tiempo, los recursos materiales, los conocimientos y en general, se ha dedicado a desarrollar el negocio sin recurrir a la creación de una sociedad mercantil para ello.
Sin embargo, es preciso tomar en consideración las consecuencias que el sistema legal prevé respecto del ejercicio del comercio como actividad profesional, la responsabilidad del comerciante frente a sus empleados, a sus clientes y a sus proveedores; asimismo, habrá que tomar en consideración las implicaciones fiscales que un negocio implican para aquel que se encuentra a cargo, sin importar el tamaño o el giro del negocio.
Algunas pautas rápidas
En forma muy elemental, es necesario considerar en un primer nivel la diferencia existente entre sociedades de naturaleza civil y las sociedades de naturaleza mercantil. Diferencia que resulta sumamente relevante cuando se explora la posibilidad o necesidad de constituir una sociedad para ser el vehículo legal de un negocio.
En la práctica podemos encontrar despachos de abogados y/o de contadores constituidos tradicionalmente como sociedades civiles (S.C.), también encontramos que la mayoría de las empresas en México sin importar su tamaño, tradicionalmente siguen la fórmula de la sociedad anónima de capital variable (S.A. de C.V.). No obstante, para explicar en dónde se encuentra la diferencia entre una y otra, es necesario analizar la raíz o el corazón de la actividad que se pretenda llevar a cabo.
#1: ¿Sociedad civil o sociedad mercantil?
Así, en un primer nivel habrá que identificar si la actividad que se realiza, o pretende realizar, es una actividad con la que se persiguen ganancias económicas a través de satisfacer la necesidad de un consumidor, es decir, si se trata de una actividad de naturaleza únicamente comercial; o en su caso, es una actividad que aun cuando busca ser remunerada, es desarrollada también por razones distintas a las ganancias económicas que pueda representar o derivarse de su realización.
Con lo anterior, tenemos la primera distinción a considerar al momento de decidir si la constitución de una sociedad es lo apropiado para nuestro negocio, al tener en cuenta su naturaleza, la que podrá ser civil o mercantil. Siendo civil, cuando el objeto o razón de su actividad principal implique una remuneración, pero no su principal o exclusivo motivador, al existir razones adicionales como el desarrollo profesional, la consolidación de conocimientos, la investigación o conjugar profesionales de una misma rama, como puede ser un despacho de abogados o contadores.
Ahora bien, una sociedad será de naturaleza mercantil cuando su propósito principal sea el de generar ganancias económicas a través de explotar una actividad comercial, como puede ser la compra y venta de todo tipo de productos, la prestación de servicios especializados como el cuidado o mantenimiento de electrodomésticos, así como actividades de manufactura o construcción.
#2: Especies de sociedades mercantiles.
Posteriormente e identificada la naturaleza de la sociedad, podremos analizar qué especie de sociedad mercantil es la ideal para nuestro negocio y para reglamentar la relación con nuestros socios, en caso de tenerlos.
Así, se tiene que en México encontramos siete especies de sociedades mercantiles, que son las siguientes: I. Sociedad en nombre colectivo; II. Sociedad en comandita simple; III. Sociedad de responsabilidad limitada; IV. Sociedad anónima; V. Sociedad en comandita por acciones; VI. Sociedad cooperativa; y VII. Sociedad por acciones simplificada.
Sin embargo, resulta que las dos especies de sociedades más populares son la sociedad de responsabilidad limitada (S. de R.L.) y la sociedad anónima (S.A.), por ser las sociedades que mejor representan la dinámica comercial actual, y aun cuando existen diferencias técnicas importantes entre cada una, resulta que son dos especies cuya creación, o constitución, requiere de la participación de un fedatario público, es decir de un notario o un corredor público.
Con lo anterior, necesitamos considerar que la constitución de una sociedad mercantil como vehículo de para un negocio puede implicar la necesidad de invertir dinero para pagar los honorarios del fedatario público que intervenga en su creación.
No obstante, se tiene una alternativa igualmente viable, la sociedad por acciones simplificada, que se constituye directamente en el portal de la secretaría de economía y para lo cual no es necesaria la intervención de un notario o corredor público.
#3: ¿Cómo o por qué escoger una u otra especie de sociedad mercantil?
Para contestar la pregunta anterior, será necesario identificar claramente aspectos elementales como el tipo de relación que existe entre los socios, es decir, cuántas personas desean participar en el negocio y ser parte de la sociedad, si el motivo de su participación trae aparejado trabajo al interior del negocio y la toma de decisiones en su operación o, únicamente se busca una forma de invertir dinero para apoyar el desarrollo profesional de amigos o familiares.
Igualmente, habrá que analizar si será la única empresa en la que se busque participar como socio a corto, mediano y/o largo plazo; si se desea salir de la empresa en cualquier momento sin solicitar permiso a los otros socios, o al contrario, si se busca que la entrada y salida de socios se encuentre controlada y sujeta a la aprobación de todos los que ya forman parte de la empresa.
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